En 1935 Hitler ya tenía el control absoluto de Alemania, pero el resto de países aún no tenían claro el alcance de la amenaza nazi. En Gran Bretaña había comenzado a surgir un mundo nuevo, la producción en masa de automóviles junto con otros bienes de consumo y la construcción de carreteras estaba dando forma tanto a la sociedad como al paisaje de los países.