En la misa de hoy, celebrada el 7 de enero, se nos invita a renunciar al pecado y ser regalos para Dios. El evangelio de San Mateo nos enseña que todos somos iguales ante los ojos de Dios, sin importar cuándo lleguemos a su servicio. Debemos reconocer el reinado de Dios en nuestros corazones, buscar la intimidad con Él a través de la oración y adoración, y pedir perdón por nuestros pecados. La Epifanía del Señor nos recuerda que Él se manifiesta a toda la humanidad. Que todos los ángeles de Dios lo adoren.