En el evangelio de hoy, según el libro de Marcos, se relata el encuentro de Jesús con un leproso que se acerca a él suplicando ser limpiado. Jesús, compadecido, extiende su mano y toca al leproso, diciendo que quiere que quede limpio. Al instante, la lepra desaparece y el hombre queda limpio. Jesús le pide que no lo cuente a nadie, pero el hombre desobedece y comienza a divulgar el milagro, lo que hace que Jesús ya no pueda entrar abiertamente en los pueblos. Aun así, la gente sigue acudiendo a él desde todas partes.