De la nefasta y naciente industria de terror rusa, llega este lamentable engendro del cual no se rescata absolutamente nada. Con la trillada historia sobre un grupo de jóvenes que se pierden en el camino y terminan en una cabaña abandonada, el director Anton Zenkovich adoba este esperpento con una cámara fotográfica maldita. Lo que viene a continuación es un relato lleno de lugares comunes, de secuencias y diálogos que rayan en la estupidez, acompañados de una nula dirección artística, que logran cuajar una de las peores películas en toda la historia del cine. @caracoldepeli